El concepto “alimentación complementaria” es uno de los peor entendidos en el ámbito de la alimentación. No es el peor, porque ese podio se reserva a la palabra “dieta”, pero es un digno rival. Por desgracia, la mayoría de los mortales, y eso incluye a bastantes profesionales sanitarios, no aciertan a comprender que “complementaria” no es sinónimo de “sustitutiva”. Piensan, o les hacen pensar los vendedores de “alimentos infantiles”, que el periodo de la alimentación complementaria es el momento en la vida del bebé en que hay que sustituir la lactancia (que por arte de magia deja de alimentar –sic-) por alimentos sólidos. (más…)