Hace unos días recibí un e-mail en el que una preocupada mujer me preguntaba una duda nutricional. Antes de seguir, aprovecho para pedir disculpas a las muchas personas que no puedo contestar: recibo decenas de correos electrónicos cada día con dudas que me encantaría resolver, pero ni en sueños tengo tiempo para hacerlo.
Pues bien, en el e-mail la mujer comenzaba preguntándome cuáles eran los alimentos que nos dan frío y cuáles los que dan calor. Tras frotarme los ojos, seguí leyendo. Al parecer, un terapeuta alternativo le acababa de aconsejar, para aliviar su malestar digestivo, eliminar los alimentos “enfriantes” y priorizar los “calorificantes”. (más…)